Esta mañana
fría como el hielo
me desvelé
fui a ver
no si había comida
no si mi madre seguía aquí
algo mucho más importante: PESARME.
Princesas con sonrisas y caretas falsas no intentes engañarla, ella ya se ha entregado.
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Ana, se dice que se llama, no sabe que ese apodo no la salva. Es peligrosa y mezquina te hará vivir solo y para las medidas. Anorexia la llaman, princesa se dice, del reino del infierno. Esa chica la conoció confió. Consiguió la muerte, Ana la escuchaba. Ana la entendía era su mejor amiga.
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