jueves, 11 de diciembre de 2014

Mi querido cuervo...

El cielo de veras que no es éste de ahora
el cielo de cuando me vaya
durará poco
será todo noche y 
nada día
las estrellas serán dueñas
de tus ojos y tus miradas
nunca verás nubes
puesto que las nubes traen lluvia
y la lluvia no me gusta, la desprecio

y me pierdo entre tu pelo negro
tus ojos azabaches que me miran
y me conmueven.
Terrible, pero cierto
mirada de cuervo: expectante y bello...

¿Qué me has hecho?

Me enamoraste hasta el punto de perder cordura
y luego, recuerdo,
todo lo malo que he hecho
y cómo adoro a mi cuervo,
y,
discuto conmigo,
me enfado
y te digo
te amo.

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