Los hijos son la viva imagen de sus padres. No puedo estar de acuerdo con esa afirmación. Y os preguntaréis porque estoy tan decidida y no dejo lugar a dudas. Porque yo amo a alguien que mismamente podría ser un ángel caído del cielo. Tranquilos no lo digo porque sea fea, es hermosa. Sino porque su bondad tiene un límite imposible de limitar, por no decir infinito.
La cuestión, es que su progenitora, lo que llamaríamos mi abuela, era terrible. Me odiaba desde el primer día. Pese a mi orgullo más profundo y arraigado en mi interior, intenté agradarle pero meramente conseguí una ilusión que me engañó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario